Era 14 de Febrero...
Fuimos primero a Villarrica, con la promesa que íbamos a volver. Fuimos al super con mi grupo y de ahí nos embarcamos hacia Caburgua.
Mientras tanto, pasaba una de las planchas más grandes del campamento al no poder cantar ninguna canción en la competencia Aristocracia GBUísta vs Pueblo GBUístico (y que pa más remate Fabián me hechó al agua con los karaokes que habíamos ocupado en los carretes del GBeaUchef...). El problema fue la letra y decidí estudiar unos cds. Los destacados fueron el pastor Eduardo, Benítez para variar, la Pame y la Karito.
Mala fue la sorpresa al darnos cuenta que el bus no quiso subir, por lo que habría que caminar unos cuantos kilómetros antes de poder llegar a Playa Blanca del Caburgua.
Y, mientras estudiaba un cd de Juanes, el Pablo Riquelme estaba en la penosa tarea de hacer los panes para el campamento. Estaban ricos eso sí.
Y luego de almorzar, fui al agua. Extraño era ver que algunos se alejaban hacia un yate desocupado en el lago...
Y al rato comencé a avivar los ánimos para bautizar a todo aquel que se metiera al lago. De ahí salieron Yerko, Bruno y otros.
Pero me enteré que podía ser que no fuéramos de vuelta a Caburgua...
Mientras, sentimos un ruido espantoso, y era una moto de agua que iba en dirección al yate...
¡¡¡Y que los fue a echar!!!
Era tan simpático el gallo que era el pololo perfecto para la TanYa...
Aprovechamos de bautizar a los damnificados de la aventura...
Y al rato me salí. Notable fue ver al Samuel de Chillán junto con los que quedaban tirando sus KamaHameHa, Polvo de Diamante, Cadena de Andrómeda y cosas parecidas...
Y nos fuimos. Pero cambié lugares con Alfredo y en vez de eso me fui en uno de los autos que arrendamos, y que iba a Villarrica de vuelta a comprar.
Y de ahí nos enteramos: habían dos personas perdidas: Karen Alberts y...
adivinen...
La Joy, para variar.
Pero al rato llegaron. Casi se mueren al ver que el bus no estaba, y planeaban irse a deo porque no andaban ni con platas, documentos o celular...
Pero al fin se fueron con nosotros.
Fuimos a Villarrica.
Compramos sus recuerdos, y luego fuimos a comprar lo que yo quería: gorro y bufanda.
Y tuve mis propias asesoras de imagen: la Marce Vildósola y la Karen Alberts, que me ayudaron a escoger las prendas. Mientras tanto, la Joy que se quejaba que tenía hambre, y la Marce que quiero baño... (me matooo)
Y de ahí a Temuco.
Compramos varias cosas para el amigo secreto, que se acercaba, y luego que nos fuimos cerraron el súper...
y al rato, llegó el Feña de Temuco salvando la noche chilena con unos cds de folklore.
Fuimos primero a Villarrica, con la promesa que íbamos a volver. Fuimos al super con mi grupo y de ahí nos embarcamos hacia Caburgua.
Mientras tanto, pasaba una de las planchas más grandes del campamento al no poder cantar ninguna canción en la competencia Aristocracia GBUísta vs Pueblo GBUístico (y que pa más remate Fabián me hechó al agua con los karaokes que habíamos ocupado en los carretes del GBeaUchef...). El problema fue la letra y decidí estudiar unos cds. Los destacados fueron el pastor Eduardo, Benítez para variar, la Pame y la Karito.
Mala fue la sorpresa al darnos cuenta que el bus no quiso subir, por lo que habría que caminar unos cuantos kilómetros antes de poder llegar a Playa Blanca del Caburgua.
Y, mientras estudiaba un cd de Juanes, el Pablo Riquelme estaba en la penosa tarea de hacer los panes para el campamento. Estaban ricos eso sí.
Y luego de almorzar, fui al agua. Extraño era ver que algunos se alejaban hacia un yate desocupado en el lago...
Y al rato comencé a avivar los ánimos para bautizar a todo aquel que se metiera al lago. De ahí salieron Yerko, Bruno y otros.
Pero me enteré que podía ser que no fuéramos de vuelta a Caburgua...
Mientras, sentimos un ruido espantoso, y era una moto de agua que iba en dirección al yate...
¡¡¡Y que los fue a echar!!!
Era tan simpático el gallo que era el pololo perfecto para la TanYa...
Aprovechamos de bautizar a los damnificados de la aventura...
Y al rato me salí. Notable fue ver al Samuel de Chillán junto con los que quedaban tirando sus KamaHameHa, Polvo de Diamante, Cadena de Andrómeda y cosas parecidas...
Y nos fuimos. Pero cambié lugares con Alfredo y en vez de eso me fui en uno de los autos que arrendamos, y que iba a Villarrica de vuelta a comprar.
Y de ahí nos enteramos: habían dos personas perdidas: Karen Alberts y...
adivinen...
La Joy, para variar.
Pero al rato llegaron. Casi se mueren al ver que el bus no estaba, y planeaban irse a deo porque no andaban ni con platas, documentos o celular...
Pero al fin se fueron con nosotros.
Fuimos a Villarrica.
Compramos sus recuerdos, y luego fuimos a comprar lo que yo quería: gorro y bufanda.
Y tuve mis propias asesoras de imagen: la Marce Vildósola y la Karen Alberts, que me ayudaron a escoger las prendas. Mientras tanto, la Joy que se quejaba que tenía hambre, y la Marce que quiero baño... (me matooo)
Y de ahí a Temuco.
Compramos varias cosas para el amigo secreto, que se acercaba, y luego que nos fuimos cerraron el súper...
y al rato, llegó el Feña de Temuco salvando la noche chilena con unos cds de folklore.
Adelante: Pablog.
Atrás: Marce, Karen, Joy y MªLuisa.
Atrás: Marce, Karen, Joy y MªLuisa.
De ahí nos fuimos a un servicentro y el Pablo nos compró un completo a c/u porque la Joy estaba que se moría de inanición, y la Marce ya estaba guateando...
Luego llegamos al campamento, y todavía se preguntaban dónde se había perdido la Joy con la Karen, si quizás se habían ido a dedo y se las raptaron a Argentina...
Pero la pasamos muy bien.
Notable fue escuchar las conversaciones de ¿cuántos hijos vas a adoptar tú? de Karen y Marce, las típicas intervenciones de Joy, la piolez de MªLuisa (que se quedó dormida) y el completo que nos comimos en el servicentro de vuelta mientras en Quino se preguntaban qué había sido de las niñas, quizás ya en Argentina bendiciendo por allá.
