viernes, 19 de agosto de 2005

El viejito y su microscopio


Finalmente llegamos al INTA.

Mientras almorzábamos, nos dimos cuenta que había un grupo de mujeres - como 12 - todas vestidas de rojo. Mi partner, la Panky, me contó que en este tipo de instituciones las personas diferenciaban su función por colores. Realmente esa mesa parecía el club de Lulú.

Luego nos fuimos al laboratorio... pero en realidad a una sala, donde nos esperaba un viejito con cara amable y acogedora con un montón de cachibaches en la mesa. Nos contó todos los cahuines que tuvieron que hacer científicos de distintas ramas para construir el microscopio electrónico y para poner adecuadamente las mezclas.

En un momento de la charla (no había que escribir), me quedé dormido, pero al rato desperté. Nos fue pasando de a poco cada uno de los items que estaban en su mesa ara que los viéramos. Nos pasó cosas tan freaks como cuchillas triangulares de vidrio mega-filudas, una ampolla con cristales de OsO4 super venenoso, que si se quebraba se evaporaba altiro y era muy tóxico, monómeros de epóxido, que tb son tóxicos, pero polimerizados da el plástico que tiene el mango de desatornillador, y un corcho circular que era del tipo A, o sea de la mejor calidad posible.

Resultó que se me ocurrió probar la flexibilidad del corcho y... SE QUEBRÓ!!! me puse rojo por unos instanles, pero luego saqué un tubo con silicona líquida que tengo en la mochila (siempre listo) y pegué el corcho...

Luego de haber terminado la charla, fuimos a un laboratorio, donde tenía en una salita el microscópico electrónico. Creo que era una salita de 4x4 metros, oscura, que tenía el microscopio. Un poco parecido a los común y corrientes pero con bombas de vacío, disparador de haz de electrones con flujo constante, muchas placas de petri con muestras de distintas personas enfermas, manuales raros, pinzas y un letrero charcha de papel que decía "no tocar".

Vimos por ese microscopio una célula de mucosa de intestino delgado con gastrointeritis, donde pudimos distinguir mitocondrias y al aparato de Golgi.

Mientras esperábamos, el profesor, que es médico investigador, nos contó cómo influyó en todo Chile al investigar el problema de desnutrición y solucionarlo. ¿Han visto que son más grandes que sus padres? Gracias a ese viejito fue eso posible.

Nos contó cómo hizo su carrera, se hizo investigador, cómo consiguió el microscopio y cómo su hijo se hizo muy importante trabajando en Apple.

El viejito se llama Óscar Brunster.

Luego de eso, preguntamos unas dudas del laboratorio pasado, de Bioquímica, del cual tengo que hacer un informe, y de ahí nos fuimos con la Panky en otra micro que me dejaría en Recoleta con Olivos.

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